domingo, 21 de julio de 2013

Se viene la II Semana del Cine Documental Argentino en el Gaumont


A raíz del buen recibimiento y las repercusiones obtenidas luego de la I Semana de Cine Documental Argentino en el año 2012 se realizará un nuevo ciclo de preestrenos documentales producidos o dirigidos por los miembros de la Asociación de Directores y Productores de Cine Documental Independiente de Argentina (ADN).
La II Semana de Cine Documental Argentino, que se llevará a cabo entre el 22 y el 28 de agosto de 2013 en el cine Gaumont de la ciudad de Buenos Aires (Av. Rivadavia 1635), comenzará con la proyección de Imágenes paganas, documental sobre la figura de Federico Moura (el 22 de agosto). Los títulos que le siguen son Años de calle, de Alejandra Grinschpun (el 23/8); Boxing Club, de Víctor Cruz (el 24/8); Huellas, de Miguel Colombo (el 25/8); El latir de los llanos, deEduardo Sánchez (el 26/8); Mika, mi guerra de España, de Fito Pochat & Javier Olivera (el 27/8); yLa toma, de Sandra Gugliotta (el 28/8).
ADN cumple siete años de existencia consolidándose como una asociación representativa de una nueva generación de documentalistas que explora, acciona, discute y reflexiona sobre los aspectos éticos, estéticos, políticos y sociales de la producción del cine documental. El trabajo incesante de los miembros de este espacio documental se expresa a través de la realización de esta II Semana del Cine Documental Argentino.
PROGRAMACIÓN 2013
PELÍCULA APERTURA
Jueves 22 de agosto
IMÁGENES PAGANAS
Dir. Sergio Cucho Constantino / Prod. Cucho Constantino
Una ópera Rock, un musical que homenajea a un ser único, al hombre que instaló el baile en los años post-dictadura: descubre a la persona de Federico Moura. Fluir y transformarse. Transformar todo lo que rodea, abrir un camino hacia algún lugar, hacerlo primero y todo lo que eso incluye: ruptura, riesgo, crítica, aceptación y de nuevo la crítica. Siempre la crítica. Porque lo nuevo nos incomoda, nos sacude y nos mueve de lugar. Otra vida, alguna tomada de muchas, pero conectada a través de la música: Paloma.  Paloma fluye. Federico fluye. Paloma y Federico se transforman para que nada sea nunca como fue.
Imágenes Paganas es una película sobre Federico Moura y también sobre todo lo que no puede seguir igual después de que algo sucede, porque sucede para siempre.
Viernes 23 de agosto
AÑOS DE CALLE
Dir. Alejandra Grinschpun / Prod. Laureano Gutiérrez y Alejandra Grinschpun
En 1999 los protagonistas eran niños y vivían en las calles de Buenos Aires. ¿Cómo serían sus futuros? Filmada durante 12 años, la película explora tres momentos de las vidas de estos niños que transitaban sus días como un juego y que se transformaron  en adolescentes y luego en adultos. Escenas cotidianas e íntimas ensamblan como en un collage, el significado de la marginalidad, la búsqueda de inclusión y la mirada de quien observa. “Años de Calle” transita los espacios intermedios entre cuatro historias de vida y quien observa al otro lado de la cámara.
Sabado 24 de agosto

BOXING CLUB
Dir. Víctor Cruz / Prod. Víctor Cruz

Una aproximación a ese universo de masculinidad, sudor, sangre y  honor que encarna el boxeo; un ensayo guiado por la relación entre un entrenador, su pupilo, y el gimnasio ubicado debajo de una estación ferroviaria, en el que estos hombres templan a diario cuerpo y espíritu. A Cruz lo anima en un misterio: ¿Qué es lo que hace un boxeador? ¿Qué fuerza poderosa lo alienta a entregarse sin condicionamientos a la batalla?
Boxing Club tiene algo de la épica de perdedores, una mirada sobre los barrios populares, la dura lucha diaria por un espacio y una oportunidad en la que, aprendiendo a encajar un cross de derecha, se juega todo: los sueños, la gloria y el infierno.
Domingo 25 de agosto
HUELLAS
Dir. Miguel Colombo / Prod. Miguel Colombo y Marcos Pastor
En un viaje íntimo y geográfico el director narra en primera persona la historia de su abuelo Ludovico, un italiano llegado a la Argentina luego de combatir en la Segunda Guerra Mundial que pronto se revela perturbadoramente contradictorio.
Sus huellas marcan aún hoy a sus descendientes y desentrañar su historia se vuelve crucial para asimilar el presente. En busca de sus secretos, el director deberá internarse en el desierto, enfrentar los silencios de su propia historia, redefinir su identidad y reconstruir vínculos familiares quebrados desde hacía años.
Lunes 26 de agosto
El LATIR DE LOS LLANOS
Dir. Eduardo Sánchez / Prod. Fito Pochat, Pablo Chamorro, Norma Urrutia
Un grupo de músicos descubre en un viejo disco long play de hace mas de 40 años, la historia de un caudillo riojano en una de las épocas más crudas de la organización política de Argentina. Deciden rehacer este disco y comienzan a convocar músicos e intérpretes para remozar las versiones originales: de la mano de las viejas canciones y las nuevas versiones, nos iremos internando en la historia de Ángel Vicente “El Chacho” Peñaloza, un caudillo auténtico, respetado y querido por su gente y temido y odiado por sus enemigos. Nombrado General de la Nación a instancias de Urquiza, llegó a ser lugarteniente de Facundo Quiroga, y enfrentó a Rosas, Sarmiento y Mitre, en la búsqueda de igualdad de condiciones para su provincia.
“El latir de los llanos”, pretende rescatar la figura de un hombre que jamás traicionó a su gente y que enfrentó a todos los que buscaban la dominación de su pueblo, pero también busca ser un acercamiento a nuestro folklore y un rescate de nuestras raíces musicales
Martes 27 de agosto
MIKA, MI GUERRA DE ESPAÑA
Dir: Fito Pochat y Javier Olivera / Prod: Fito Pochat, Eduardo Sánchez, Andrea Gouverneur, Javier Olivera
Mika Etchebehere y su marido Hipólito fueron testigos de acontecimientos que cambiaron el curso de la historia del siglo XX. Militantes marxistas nacidos en Argentina, a fines de la década del veinte emprenden un largo viaje en busca de la revolución que los lleva a recorrer la Patagonia argentina, Berlín y París. Finalmente la encuentran en Madrid, cuando el 18 de julio de 1936 estalla la Guerra Civil Española. Mika pasa de ser la mujer de un líder a convertirse en la única mujer con grado de capitana de las fuerzas republicanas. La lucha desigual pone a prueba sus valores y compromiso con aquello que soñaron en sus años de juventud.
Miércoles 28 de agosto
LA TOMA
Dir. Sandra Gugliotta /Prod. Víctor Cruz
A lo largo del 2010 un equipo mínimo de filmación se propuso registrar la vida dentro de la escuela secundaria Nicolás Avellaneda poniendo el foco en las tensiones surgidas entre los chicos de diferentes clases sociales y observando como la escuela opera ante esta realidad compleja. Un suceso inesperado cambió la vida de la escuela y también el documental. Hacia mediados de año se produjo una toma de colegios masiva a partir de la cual  la problemática de la educación pública se instaló en los medios y se ganó un lugar destacado en la agenda nacional  Los alumnos y autoridades del Avellaneda fueron protagonistas de esa toma que presentó ante la sociedad un nuevo actor político: los jóvenes militantes.
MÁS INFORMACIÓN:
www.adndoc.com.ar

sábado, 20 de julio de 2013

ERNESTO SCHOO (12 de octubre de 1925 - 15 de julio 2013)


CULTURA.LA MUERTE DE ERNESTO SCHOO: ESCRITOR, CRÍTICO DE CINE Y DE TEATRO, TRADUCTOR Y GUIONISTA, ERA UNA DE LAS PERSONALIDADES MÁS DESTACADAS DE LA CULTURA. LO RECUERDAN, ENTRE OTROS, FERNANDO NOY, NACHA GUEVARA Y ALEJANDRO TANTANIAN
FUENTE:
http://www.gacemail.com.ar/notas.php?idnota=22521&idgacetilla=473
SCHOO MURIÓ A LOS 87 AÑOS. FUE DIRECTOR DEL TEATRO SAN MARTÍN ENTRE 1996 Y 1998, OBTUVO LA BECA GUGGENHEIM Y RECIBIÓ LA ORDEN DE LAS ARTES Y LAS LETRAS DEL GOBIERNO FRANCÉS.
EL ADIÓS A ERNESTO SCHOO

La muerte de Ernesto Schoo, quien falleció anteayer a los 87 años, sigue generando repercusiones. A lo largo de su extensa tarea como crítico teatral, en época del emblemático Instituto Di Tella fue siempre a ver los espectáculos de Nacha Guevara. En un programa que conducía Horacio Salas, Ernesto lo recordaba así. "Había ido a ver a Nacha al Di Tella y, si bien me había fascinado, le hice algunas objeciones a las canciones. Un día entro al Di Tella y en las escaleras me encuentro con Nacha, que me enfrenta con su estilo frontal característico. «¿Así que no te gustaron mis canciones? 

Entonces, ¿por qué no me escribís alguna?», me dijo. En ese mismo momento me fui a casa, yo vivía a dos cuadras del Di Tella, y escribí un tango en broma que se llamaba El colmillo, que tuvo un éxito tremendo. Era una de las primeras veces que se tomaba al tango en solfa. También escribí una milonga que aludía a la manía de cortarles el pelo a los melenudos en la época de Onganía, se llamaba La doble cero y le compuse otra canción que hablaba sobre la censura."

A muchas décadas de aquella anécdota, ahora es Nacha quien toma la palabra: "Se fue un amante del teatro, un hombre culto, sensible, a quien por esas cosas de la vida tuve la suerte de convertir en lyricist ... y de los buenos. Su palabra se extrañará...".
El universo Facebook seguramente le era ajeno a ese caballero de las redacciones. Sin embargo, varios creadores usaron esa herramienta para recordarlo. Lo hizo, por ejemplo, el poeta y performer Fernando Noy, figura que, como Nacha en los sesenta, tomó notoriedad a fines de los ochenta en tiempos parakulturosos . "Con Ernesto Schoo se nos va una época en la cual el teatro significaba un gran apostolado -escribió ayer-. Sagrada misión de dar respuestas a los misterios del mundo por medio de la escena. Siempre detrás de algún telón estará su sonrisa sabia, sus ojos de niño encandilado, su sagacidad y visión criticando en el mejor sentido y destino de esta palabra. Legítimo erudito. Maestro sin alardes. Un lujo para nuestra cultura en general. Te vamos a extrañar. La charla semanal en tus imperdibles columnas [de LA NACION], tu presencia en la sala... Por cada platea que se honró con tu presencia ahora te aplaudo."

Ernesto Schoo no se quedó solamente dando testimonio y cuestionando a la producción artística de sus pares generacionales. Un comentario escrito por el director, actor y dramaturgo Alejandro Tantanian sirve como ejemplo de la innumerable cantidad de puentes que entabló a lo largo de sus tiempos. "Ernesto supo leer una obra mía, Sumario de la muerte de Kleist, y darme -por eso- la oportunidad única de ganarme la añorada beca de la Fundación Antorchas para estudiar con mi admirado Ricardo Monti. Y luego, cuando asumió como director del Teatro San Martín, dio a conocer ese texto al público dirigido por Alejandro Ullúa. Y todo eso fue el principio de tanto. Ernesto Schoo en el principio de las cosas, en el principio de mis cosas."

Tantanian en estos momentos está dirigiendo el musical Todo vale . Allí trabaja Martín Salazar, uno de los fundadores de la banda de teatro Los Macacos. A los pocos minutos de publicarse el texto que escribió Tantanian, Martín agregó: "Y en el principio de mis cosas, también. Él abrió las puertas del San Martín para que estrenemos La fabulosa historia de los inolvidables Marrapodi , espectáculo con el que tuvimos reconocimiento en el mundo".

En esa sala actualmente se está presentando El crítico , un texto de Juan Mayorga dirigido por el español Guillermo Heras. Guillermo, en su muro, escribió. "Fue un hombre de teatro que desde detrás de las bambalinas supo analizar su práctica." El crítico trata sobre el encuentro de un dramaturgo con un crítico de teatro. Volodia es el crítico. Scarpa, el autor que llega a su casa después de haber estrenado un espectáculo que él va a analizar para un periódico. Volodia, en algún momento de una densa noche, le dice: "Del teatro espero la verdad. ¿De qué sirve el teatro si no pone ante nosotros aquello que nos ocultamos? ¿De qué sirve si también él se entrega al enmascaramiento del mundo?".

En verdad, desde la primera vez que vio a Scarpa en escena lo que Volodia espera siempre de él es que lo sorprenda. La última oración de la última columna que publicó Ernesto Schoo en estas mismas páginas (la misma columna en la que nombraba a Tantanian) terminaba así: "Dispongámonos a sorprendernos".
Fuente y más información: www.lanacion.com.ar



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"BUENAS NOCHES, DULCE PRÍNCIPE"

"Estoy muy conmovido con la noticia. Siempre me impresionó su buena escritura a través del periodismo y sus críticas. Una vez me contó que tenía una comedia escrita que todavía no se había editado, frente a lo cual yo le pedía que me la prestase para pegarle una mirada. Finalmente me la dio. El material tenía esa escritura tersa y ese refinamiento excepcional que lo definía a Ernesto. Me parecía increíble que no pensara en publicarla. De ahí en más, con intervalos, nos fuimos viendo.

"Él fue responsable de que estrenara como actor El reñidero , de Sergio De Cecco, porque me acercó la obra y me pidió que la aceptara. Nunca me arrepentí de ese proyecto. Cada tanto nos seguíamos viendo, pero con cierta distancia. En los últimos años la amistad pasó a tener una serie de encuentros mucho más periódicos. Ernesto es el exponente de un estilo humano, de una profundidad en sus observaciones y de una amplitud en sus intereses absolutamente en vías de extinción. Ese tipo de erudición infinita estaba mezclada con un humor exquisito. Era un ser entrañable y sin reposición."

SERGIO RENÁN // Actor, director, ré gisseur

"Lo conocí desde su época en Primera Plana. Sin ser amigos, compartí miles de circunstancias a partir de gente amiga en común, como Renata Schussheim y Mujica Lainez. Siempre me impresionó su inteligencia, su pensamiento. Así como admiraba su fuerza, me llamaba la atención su gran fragilidad. Hay otro aspecto que siempre me generó una especie de enorme misterio: su soledad voluntaria."

OSCAR ARAIZ // Coreógrafo

"Quiso el destino que por estos días se cumplieran 30 años desde que, con quien es ahora mi marido, el periodista Jorge Luis Montiel, y yo lo conociéramos en la confitería de Callao y Córdoba. El deslumbramiento fue total por su caudal de cultura, bonhomía y educación. Enseguida nos frecuentamos casi diariamente. Nos llevó al teatro e introdujo al mundo de la ópera, compartimos largas cenas y, como le gustaba llamarlo, a la manera sajona, unos high teas en su casa. Nos dedicó la novela, bastante pícara y erótica, El placer desbocado, porque lo impulsamos a escribirla.
"Él consideraba la frase de Horacio, en Hamlet , cuando llora ante su amigo muerto, la más bella despedida del teatro mundial: «Buenas noches, dulce príncipe; que coros de ángeles arrullen tu sueño». Despido a un amigo, a un padre, a un maestro de vida como fue para todos el querido, inolvidable e irreemplazable dulce príncipe Ernesto Schoo."

ALEJANDRO ULLÚA // Autor, director, ré gisseur

"En 1994, o 1995, ya no lo recuerdo, monté un espectáculo que se llamó La espuma . Se presentaba en el lavadero de Espacio Giesso y no entraban más de 30 personas. Ahora estamos acostumbrados a propuestas de ese tipo, pero en aquella época era una rareza. Sin embargo, una noche vino a ver la obra, lo cual fue un verdadero honor. Con el tiempo fue una especie de padrino de mis primeros trabajos. De hecho, me gané la beca de la Fundación Antorchas que me permitió estudiar dos años en Nueva York gracias a él. El modo en el que me enteré de esa noticia habla a las claras de su estilo.

"Una noche, nos encontramos en el hall del Teatro San Martín. Me preguntó cómo andaba. Yo le conté que estaba actuando en tal obra y que seguía estudiando con Alejandra Boero. Él acotó: «Y ganando becas». Yo me quedé... Al otro día a la mañana llegaba la información oficial de mi beca en el Instituto de Lee Strasberg."

LUCIANO SUARDI //Actor, director

"A Ernesto lo conozco de, por lo menos, la década del ochenta. Para esa época, con Jaime Kogan y Ariel Goldenberg queríamos llevar al cine su novela El baile de los guerreros. Era nuestro sueño. No pudimos hacerlo seguramente porque salía mucha plata, pero es una novela que poca gente conoce y que se merece su versión en cine.

"Durante todos estos años como crítico le tenía mucho aprecio y sumo respeto. Luego, cuando él fue director del Teatro San Martín, nos volvimos a ver porque para esa época trabajé en Seis personajes en busca de autor , con dirección de Jorge Lavelli. Ernesto era un hombre elegante, refinado. Un hombre con secretos, ni vulgar ni banal. Un hombre con discreción, te diría. Por eso creo que su pérdida es como la pérdida de una época."

RITA CORTESE // Actriz, cantante

Fuente y más información: www.lanacion.com.ar




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Una mirada fuera de lo común


Ernesto fue de mis más íntimos amigos y un ser brillante, y no con brillo del que copa las conversaciones; al contrario, había que vincularse íntimamente para conocer su brillantez porque no hacía gala de sus conocimientos. Si vos no le preguntabas, él no te decía: “¿Querés que te hable de los cuadros de El Prado?”. Pero te explicaba todo: veías las cosas con sus ojos sabios, era una mirada fuera de lo común.

Cualquiera que haya leído sus columnas en La Nación sabe que eran una especie de joya porque siempre se acordaba de un dato, sabía algo, y no era que buscaba en Google porque no le hacía falta. En sus escritos brindaba su conocimiento y todo estaba relacionado con todo. No conocí a nadie con esa capacidad de relacionar el mundo.

Yo venía diciendo, entre mis amigos, “el día que Ernesto no esté, no sé qué vamos a hacer”. Bastaba una llamada telefónica para completar una duda: le preguntabas cómo se llamaba una película y te contestaba quién la dirigía, quién bailaba, quién hizo la música. Ernesto fue una especie de Leonardo Da Vinci, un hombre que no se limitaba a una sola disciplina.

Por Natu Poblet Librera
Fuente y más información: www.clarin.com



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Un puente entre la obra y el espectador

La esponja que lo absorbía todo, “un bicho de ciudad” que creció rodeado de libros y siempre cultivó enfáticamente una curiosidad ilimitada, una elegancia y un refinamiento que deleitaron a miles de lectores, un día redescubrió el campo. Los primeros quince años de su vida pasó las vacaciones en una estancia en Pergamino, fundada por su bisabuelo en 1856. “Todas las cosas importantes de la vida, el encuentro con la muerte, el encuentro con el sexo, con el amor, fueron en el campo –revelaba Ernesto Schoo en una entrevista con Página/12–. Ahí aparece la siesta, un momento particular en el que no nos dejaban salir porque era ‘la hora de las víboras’. Uno estaba metido en ese caserón de techos altísimos, paredes gruesas y una enorme biblioteca a mi disposición. 

Me acuerdo de que a la hora de la siesta escuchaba el canto de la paloma de monte, un canto tristísimo y melancólico. Muchos años después, en un poema de Silvina Ocampo, me encontré una línea que decía algo así como ‘torcazas cantando en el vestíbulo de la muerte’, y entonces entendí que lo que sentía en el campo a esa hora era un sentimiento de muerte: afuera estaban el sol, tal vez las víboras, y estaba esta tristeza agradable que me sigue resonando hace más de sesenta años.” Ahora, releídas estas palabras, emerge esa tristeza inevitable de la pérdida. 

El escritor, crítico de cine y de teatro, traductor y guionista, murió ayer a los 87 años.
“Al amparo ‘del todo vale’ posmoderno, ya no hay una preceptiva estricta que separe los géneros y las nuevas técnicas audiovisuales abren perspectivas inéditas. Dispongámonos a sorprendernos.” Así termina la última columna que publicó, el miércoles 12 de junio pasado, en la sección espectáculos del diario La Nación. El teatro fue el aire que respiró desde el hogar. Schoo nació el 12 de octubre de 1925 en una casa donde había muchos libros de teatro, clásicos españoles como Cervantes, Garcilaso, Pérez Galdós y Quevedo, entre otros. Sus padres eran muy teatreros y solían repetir versos que el niño, muy pronto, aprendió de memoria. Aunque ingresó a la Facultad de Derecho, se empezó a aburrir de una manera horrorosa. El mundo de las leyes no tenía nada que ver con la exquisita sensibilidad del joven Schoo. Luego probó con Filosofía y Letras, pero el trabajo que había conseguido en la Aduana conspiró contra la cursada de la carrera. Su cuna periodística empezó en La Gaceta de Tucumán, donde escribió en el suplemento de libros a partir de 1948. Este itinerario periodístico se prolongaría en diversos diarios y revistas como La Razón, Vea y Lea, Sur, Primera Plana, La Opinión, Convicción, Tiempo Argentino y Noticias, entre otros. Como jefe de la sección de arte en Primera Plana realizó la primera entrevista que se publicó en un medio argentino a Gabriel García Márquez.

Una artimaña de Manuel Mujica Lainez le permitió el acceso a La Nación. “Resulta que un buen día se va de viaje, él era el crítico de plástica del diario, y entonces le anuncia a la dirección que Ernesto Schoo lo reemplaza. Yo ni pertenecía al diario, pero La Nación dijo que sí”, recordaba Schoo, amigo de Manucho y guionista de la película De la misteriosa Buenos Aires (1981), tres episodios basados en el libro homónimo de Mujica Lainez. Del mismo autor adaptó para la televisión los relatos “El dominó amarillo” y “El coleccionista”. Tradujo obras de Henry James, Franz Kafka y al argentino Héctor Bianciotti, que escribía en francés. Entre los libros que publicó se destaca la colección de cuentos Coche negro, caballos blancos (Ediciones de la Flor, 1988), varias novelas como Función de Gala (1976), El baile de los guerreros (1979) –traducida al francés en 1987–, El placer desbocado (1988, Premio del Club de los XIII a la mejor novela del año) y Ciudad sin noche (1991); el ensayo Pasiones recobradas (1997, además de sus memorias de infancia, Cuadernos de la sombra (2001).

Schoo fue director artístico del Teatro San Martín entre 1996 y 1998, obtuvo la Beca Guggenheim, tres premios Konex, fue reconocido como Caballero de la Orden de las Artes y las Letras por el gobierno francés y, en 2012, fue nombrado Personalidad Destacada de la Cultura por la Legislatura porteña. Era miembro emérito de la Academia Nacional de Periodismo Argentino, miembro honorario de la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina y miembro pleno de la Asociación de Cronistas del Espectáculo. 

El año pasado redactó una especie de código de ética, sin otro ánimo que el de condensar una experiencia de más de medio siglo. “El comentarista periodístico cumple una modesta función social y cultural: ser un puente entre la obra y el espectador –escribió a modo de lección y legado–. Con todas las limitaciones que la fugacidad periodística le impone y sin creerse que el mundo gira alrededor de su opinión. Que, como decía Platón, es meramente doxa, esto es, impresión al paso, y no episteme, o sea, conocimiento a fondo, reservado a la crítica académica.”
Por Silvina Friera

Fuente y más información: www.pagina12.com.ar









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El intelectual que tenía una erudición renacentista

El periodista, escritor y crítico Ernesto Schoo falleció a los 87 años en la mañana de ayer. Se encontraba internado en el Cemic y había sufrido un accidente cerebrovascular en las últimas semanas, de acuerdo a lo informado por el diario La Nación –donde trabajaba como columnista de Espectáculos desde 1997– y la agencia Efe. Antes, según indicaron sus familiares, había sido internado a raíz de una quebradura de cadera y, desde entonces, su salud había desmejorado.

Schoo nació en Buenos Aires el 12 de octubre de 1925. Fue académico de la Academia Nacional de Periodismo Argentino y miembro honorario de la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina.

Escribió en diarios como La Opinión y Convicción. A su vez, fue jefe de Artes, Espectáculos y director del Suplemento Cultural de los diarios Tiempo Argentino y La Razón. También estuvo vinculado con revistas como Primera Plana, Panorama y Noticias. Como jefe de la sección de arte en Primera Plana, realizó la primera entrevista que se publicó en un medio local a Gabriel García Márquez. Aunque la entrevista se realizó en México en 1966, se publicó aquí en 1967, de manera paralela al lanzamiento de Cien años de soledad. "Las fotos también las saqué yo. Gabo posó con una campera que, según decía, era la de ‘salir en las fotos’. Parece que con esa foto la gente se hizo la idea de que era más alto de lo que era verdaderamente", le comentó en una entrevista televisiva al poeta Horacio Salas.

Antes de convertirse en periodista, estudió un año de Derecho y de manera paralela empezó a trabajar en la Aduana hasta que finalmente recaló en Filosofía y Letras. Mientras tanto, a partir de 1950 empezó a realizar colaboraciones para la Gaceta de Tucumán; primero de reseñas de libros y luego también crítica teatral. "Cuando yo era bachiller no sabía qué hacer porque lo que me gustaba a mí era lo que no se debía hacer: me gustaba el teatro, me gustaba la pintura, los libros. Y por suerte pude afirmarme en ese camino", le contó a Salas.

Su aportación principal al mundo del espectáculo fue su labor como guionista de la película De la misteriosa Buenos Aires, basada en el libro homónimo de Manuel Mujica Láinez y dirigida por Oscar Barney Finn en 1981. A esto se suman las adaptaciones televisivas de los relatos El dominó amarillo y El coleccionista, también de Mujica Láinez. Además, durante los '60 también compuso canciones. En cuanto a esta situación, que duró apenas un tiempo, relató: "Yo vivía a dos cuadras del Di Tella y una vez la fui a ver a Nacha Guevara, una chica que por entonces era flaca, dientuda, nada que ver con ahora. En ese momento no me gustaron sus canciones porque me parecían algo monótonas. Entonces ella me enfrentó y me dijo: ‘bueno, escribime algo vos’. Así que escribí un tango en broma llamado El colmillo, protagonizado por una vampira, y una milonga que aludía a la manía de cortarle el pelo a los melenudos en la época de Onganía que se llamaba La doble cero. Y también le escribí a Nacha una sobre la censura en un tono más serio, que se llamaba Anastasia querida. Se me ocurrió porque los franceses a la censura le decían 'la tía Anastasia'. Luego hice una canción llamada A los cuarenta para Cipe Lincovsky y después no escribí más canciones."

Fue columnista de arte y espectáculos en los programas de televisión Desayuno y América en vivo, entre otros. Durante cuatro años, condujo junto a Jorge Luis Montiel un ciclo de cable llamado Las Musas. Allí fueron entrevistadas figuras de la cultura nacional como Amelia Bence, Alejandra Boero, Guillermo Roux, Leonie Rysanek, José van Dam, María Rosa Gallo, Hildegard Behrens e Inda Ledesma. Todas esas entrevistas forman parte del acervo documental que puede consultarse en el Centro de Documentación de Teatro y Danza del Teatro San Martín, aunque todavía se encuentran en proceso de digitalización.

Schoo tradujo obras de Henry James, Franz Kafka y Héctor Bianciottio, tro autor argentino fallecido recientemente y que escribía en francés. Además publicó la colección de cuentos Coche negro, caballos blancos (1989) y varias novelas entre las que destacan El baile de los guerreros (1979) –que también fue traducida en Francia–, El placer desbocado (1988, Premio del Club de los XIII a la mejor novela del año), Ciudad sin noche (1991) y Pasiones recobradas (1997). En 2001 y bajo el título Cuadernos de la sombra (una evocación a un poema de su amigo Juan Rodolfo Wilcock, según comentó), publicó también sus memorias de infancia.

Con su cuento "En la Isla", en 1956 ganó el premio literario más importante hasta entonces otorgado en el país, auspiciado entre otros por la Sociedad Argentina de Escritores.
Entre 1996 y 1998 fue director general y artístico del Teatro San Martín, donde se estrenaron, por primera vez en un ámbito oficial, obras de Javier Daulte y Alejandro Tantanian; regresaron a dirigir en el país Jorge Lavelli, Alfredo Arias y Daniel Suárez Marzal, debutaron los directores Alberto Félix Alberto y Alejandro Ullua y la joven actriz Mía Maestro (actualmente radicada en Hollywood). Además, se realizó la primera edición del Ciclo de Conciertos de Música Contemporánea que sigue vigente hasta el presente.
Fue Caballero de la Orden y de las Artes y las Letras del Ministerio de Cultura de Francia, y Oficial de la Orden al Mérito de la República de Italia. También fue vocal del Fondo Nacional de las Artes.

En 2012 fue reconocido como Personalidad Destacada de la Cultura por la legislatura porteña. «
Fuente y más información: http://tiempo.infonews.com/
 

jueves, 18 de julio de 2013

CESAR GONZALEZ HABLA DE SU DEBUT COMO REALIZADOR, CON DIAGNOSTICO ESPERANZA

“Mi película puede gustar o no, pero es villera”

Intentando dejar atrás el mote de “poeta villero” y el seudónimo de Camilo Blajaquis que le dio fama, González reafirma su identidad con “un ensayo sobre singularidades atravesadas por la violencia y la marginalidad”.
Por Emanuel Respighi
La “villa” se convirtió en un analizado objeto de estudio de infinidad de sociólogos, pensadores, productores, periodistas y “opinólogos” televisivos, radiofónicos y cinematográficos. Para ciertos medios, la “villa” se transformó en un género en sí mismo, un lugar atractivo a la mera lógica comercial. Incluso, para cierta clase burguesa, la “villa” suele ser el “chivo expiatorio” que encuentra para evadir enfrentarse a sus propias culpas y responsabilidades sobre el funcionamiento de la sociedad actual. Un relato nunca puede reflejar la realidad. Mucho menos si quien construye ese relato lo hace desde la comodidad del afuera. Nadie mejor, entonces, que el mismo protagonista para contar su propia historia. Eso bien lo sabe César González, conocido hasta hace poco como Camilo Blajaquis, joven oriundo de la Villa Carlos Gardel que encontró en el arte mucho más que la posibilidad de salir del infierno: también el medio para pensar la realidad desde un lugar diferente. Esa es la búsqueda de Diagnóstico esperanza, la ópera prima escrita y dirigida por González y que hoy se estrena en el renovado cine Gaumont.
Realizado íntegramente por “villeros”, el film apela a la ficción para mostrar desde adentro el propio funcionamiento de un espacio estigmatizado por ojos extraños. Y también para expresar la mirada que un villero tiene de la sociedad que lo juzga a cada paso, que lo excluye en cada informe periodístico. “Hay una cámara que retrata la cotidianidad de la villa y la soledad de la niñez que crecen en ella, que a los 6 o 7 años ya te tiran a la cancha”, le cuenta a Página/12 González, este veinteañero que encontró en la poesía el camino para soportar los cinco años tras las rejas. “También hay un mensaje sociológico, representado en cómo todas las clases sociales están atravesadas por el consumismo y la lógica perversa del ‘ser es tener’, del ‘consumo algo, luego existo’, leyes que la sociedad nos obliga a obedecer, en Argentina y en todo el mundo. Vivimos en un mundo donde todos queremos ganar la carrera, todos queremos llegar primero, ansiamos brillo, aprobación, un cargo, y así sigue la vida, pero por el caño de escape de la máquina se sigue escupiendo mucha sangre, mucha injusticia, mucha desigualdad”, explica el autor de La venganza del cordero atado (ed. Continente).
Intentando dejar atrás el mote de “poeta villero” y el seudónimo de Camilo Blajaquis (Camilo por Cienfuegos, Blajaquis por el militante peronista asesinado en la pizzería La Real, contado por Rodolfo Walsh en ¿Quién mató a Rosendo?), este joven reafirma su identidad recuperando su verdadero nombre. Y haciendo Diagnóstico esperanza, “un ensayo sobre singularidades atravesadas por la violencia y la marginalidad, vidas sumergidas en la ambición, almohadas que sólo tienen sueños capitalistas, envidias, soledad, dolor y sobre la marcha un eterno retorno a lo sagrado de nuestra especie: el arte”.
–Escribió libros de poesía, condujo un programa de TV (Alegría y dignidad) y dirigió una revista. ¿Qué lo llevó a escribir y dirigir una película para seguir mostrando el mundo que muchos no ven o niegan?
–Siempre que me mandé a realizar un trabajo específico dentro de un arte, primero me informé y me formé. Antes de escribir mi primer libro de poesías leí libros de distintos géneros. Con el cine emprendí un camino similar, desde que salí me puse a estudiar todo lo que tiene que ver con los aspectos técnicos (cámara, fotografía, montaje), y también todo lo relacionado con lo teórico. Vi y estudié a grandes autores, las distintas corrientes en distintas épocas. No me mandé a lo kamikaze. Y salí a rodar cuando tuve la confianza para hacerlo. Las cámaras se han cansado de filmar las villas, hubo miniseries recientes, películas, cada dos o tres días en la TV pasan periodísticos dedicados a masacrar a la villa... No soy el primero que filma dentro de una villa. Pero nunca se ve una mirada villera sobre las problemáticas de la sociedad. Ni está presente la mirada que tenemos los villeros sobre nuestro hábitat; siempre están hablando por no-sotros. Como si necesitaríamos un traductor al lado o alguien que nos escriba los discursos porque no somos capaces de hacerlo. Mi película puede gustar o no, pero es villera, con una visión villera e interpretada y realizada por gente de las villas, sin máscaras ni intermediarios.
–¿Cuál es el sentido artístico y social de Diagnóstico esperanza?
–Demostrar que de la villa puede salir un arte de calidad; que podemos, que somos capaces, que no hace falta que nos traten como monos de circo. Ni como la lauchita corriendo dentro de la rueda, analizada, estudiada y exhibida por las ciencias sociales y periodistas amarillistas. También podemos ser grandes artistas: no sólo el mamarracho humano salvaje y bárbaro como nos pintan casi siempre en la tele y en el cine. Ojalá la mayor cantidad de chicos y chicas encuentren en el cine y en la literatura una herramienta que les brinde dignidad real, no sólo un pasatiempo. Que el arte les brinde un solvento económico y un plano existencial. Como se reparten los elementos en esta sociedad, un “clase media” tiene más posibilidades de cumplir un sueño que un pibe de la villa. La película busca que un villero artista sea algo más normal y no una anomalía. Salí en busca de poder expresar en imágenes eso que aparece cuando uno escribe una poesía o una canción, cuando se toca un instrumento (sepa uno tocarlo o no), eso que sucede cuando uno se enamora perdidamente de alguien o de algo y llora si pierde su objeto de enamoramiento.
–¿Por qué eligió el formato de ficción para reflejar esa búsqueda?
–Me apasiona el decir y crear con imágenes. La película es una ficción, pero está compuesta por muchos elementos del documental. Todo el tiempo se ven imágenes sueltas de mi barrio, la Gardel, o del Fuerte Apache. Los grandes directores que me están marcando son aquellos que usan “locas” formas de hacer ficción, tales como Jim Jarmusch, Orson Welles, Rossellini, Michel Gondry, los hermanos Dardenne, Ousmane Sembene o Pasolini, entre otros. La ficción permite recrear y reinventar un hecho ya acontecido, incorporar el elemento del teatro, que es un arte hermoso. La actuación es un elemento poético fundamental para denunciar injusticias e indagar en las profundidades de la especie humana.
–“La villa” ha sido objeto de numerosos programas de TV, contándola por su valor dramático en términos narrativos. ¿Cómo hizo usted para escapar a esa forma?
–En la cultura argentina la villa es siempre utilizada como un instrumento de espectáculo circense. Los villeros somos como los monitos del circo, las lauchas corriendo en la rueda y analizada por las ciencias sociales. Para el cine y el teatro sólo somos bárbaros y salvajes brutos. Y en la política tenemos cientos de políticos que hablan por nosotros, pero no vivieron lo que vivimos nosotros. Los villeros debemos expresarnos por nosotros mismos.
–Sin mediatizaciones...
–Los medios son grandes hacedores y trabajadores por la injusticia mundial y el dolor eterno. No tienen ética y siembran y cosechan odio, muerte y manipulación. Pero no creo que los medios sean entes aislados de la ciudadanía, que gobiernan la opinión pública desde otro planeta. Los medios reflejan una parte de lo que nosotros somos como sujetos, reflejan el mundo que sostenemos y que cada nuevo día volvemos a avalar y reproducir. Como dice el dicho popular: “Sarna con gusto no pica”. Si la sociedad no consumiera esos medios, esos medios no tendrían razón de ser. La responsabilidad de la manipulación mediática es compartida por esos grandes medios y por los ciudadanos comunes, es decir, nosotros. Vivimos diciendo que los medios estigmatizan, discriminan, fomentan el racismo, pero después en la calle nosotros, en lo micro, reproducimos esos valores y sentimos horror y nos invade el terror cuando hay un negro de la villa caminando cerca. Uno para criticar algo debe tener un sustento empírico en su vida. Muchos de los que dicen que los políticos son todos corruptos tienen un negocio donde cobran sobreprecios o tienen empleados en negro, o cuando van a comer no dejan el 10 por ciento de propina al mozo... ¿Los medios son manipuladores? Obvio. Si lo sabe desde mi hermanito de 8 años hasta mi abuela de 70.
–En la última década el país tuvo un crecimiento económico, de la mano de un gobierno sensible a la inclusión social, ¿cómo se tradujo el porvenir de los números macroeconómicos en las villas?
–La película está plantada en el aquí y ahora del contexto latinoamericano de progresos y vientos de izquierda. Aparece retratado todo el tiempo el barrio nuevo de casas del plan de viviendas federales, por ejemplo. En mi villa, el bie-nestar se materializó en diversas formas, fundamentalmente en hermosas casas y muy amplias que recibió cada familia que hasta el año 2009 vivíamos en casillas, donde las cloacas eran un desastre y se inundaba todo. Hoy, por suerte, el barrio está relindo y las nuevas generaciones al menos tienen un techo y una cama dignos. Veo muchas familias que progresaron en lo económico adquiriendo bienes, familias de obreros y albañiles (puestos laborales innatos casi de la población villera) que pudieron comprarse su primer auto. Hay más posibilidades de salir adelante que en la época que atravesó mi generación. Pero sigue estando muy presente la muerte en la juventud, por pibes que mueren bajo el yugo de una bala policial, por un embrollo o que matan y arruinan a una familia por robar... Las causas no tienen que ver con decisiones subjetivas, sino porque los valores consumistas que gobiernan la sociedad son un monstruo asesino y poderoso como para ser tan ingenuo de creer que uno solo, con sus dos manitos, puede derrotarlo. Es ingenuo creer que ese perverso sistema, que cada día reproducimos, no va a tener consecuencias de violencia y sangre en la sociedad.
–Usted robó, cirujeó, fue baleado y estuvo preso cinco años. ¿Cómo influye el contexto villero para que un adolescente?
–Cuando estás preso o vivís en una villa, cuando contás tu vida la gente de afuera te dice que no te victimices, que todos tienen problemas. Con ese discurso se trata y maltrata al delincuente que cae preso y entra bajo el verdugueo atroz del Servicio Penitenciario y del aparato judicial. La psicología y el trabajo social, cuando estás preso, quieren anular el lugar donde naciste y creciste. Te quieren convencer de que “vos robaste porque quisiste”, se alimentan de teorías que sólo difunden una falsa igualdad y en los hechos obligan al pibe a que se convenza de que uno es igual. El que se come el garrón es uno, que está preso. Los psicólogos ponen en una hoja que no estás apto para la sociedad y listo, seguís adentro. Entonces, ellos creen que te psicologean y los terminás psicologeando vos, porque el preso va a querer su libertad y siempre le endulza la oreja al psicólogo, para rescatar los informes de conducta necesario para tomarte el palo a la calle. Un lugar donde esos psicólogos jamás te van a tirar una soga, ya que afuera si te ven no te conocen, no sos Fulano de tal, para ellos tan sólo fuiste un número de legajo del penal tanto. El 95 por ciento de los psicólogos, trabajadores sociales, abogados, fiscales, jueces, no vivieron ni el dos por ciento de las cosas que vivió un pibe que cayó preso.

miércoles, 17 de julio de 2013

Juan José Campanella “Sueño con un año sabático”

ENTREVISTAS /  En pocos días Juan José Campanella estrena su gran apuesta animada, “Metegol”, que le llevó 7 años de trabajo, por la que casi no tuvo vacaciones y hasta lo internaron. Pero el director ya tiene en carpeta múltiples proyectos. Twitter, fútbol y su pasión por los dibujitos.
Por Melisa Miranda Castro - Fotos: Gustavo Pascaner 



Si se pudiera elegir la cantidad de horas que tiene un día, Juan José Campanella no sabría cuántos ceros a la derecha agregar. Está al límite del estreno de su primera película animada “Metegol”, que el 18 de julio se verá en los cines, pero todos los detalles de último momento lo apremian. Los últimos días de junio y las vísperas del debut de esta obra monumental que se viene gestando desde 2007, hacen que comer sea una actividad que comparte el tiempo con otras cinco. La clonación sería una opción, pero por el momento no está disponible. 

“El otro día me preguntaron qué haría si tuviera 24 horas de impunidad y dije: dormir. No necesito la impunidad, necesito las 24 horas, punto. Necesito 24 horas de gozar, de no tener nada pendiente, porque no es que no me tomé ningún domingo libre, hay algunos que me quedo con mi nene pero sabiendo que el lunes tengo que arrancar de nuevo”, reconoce el director que, en los últimos seis años, sólo se tomó tres vacaciones de quince días y en ninguna pudo estar alejado de Internet y la computadora. “Me mandaban material y tenía que verlo, con ‘Metegol’ no hubo vacaciones, todos teníamos que estar conectados”, asegura. 

Tanto trabajo, finalmente, está por ver sus frutos y los ojos están puestos en cómo será su primer filme animado. Promete tanto que hasta el gigante Disney parece que se puso un poco nervioso. “Disney no nos dejó pautar en sus canales, pero la verdad es que me está divirtiendo mucho. Por un lado puse un par de cargadas en Twitter y se armó más barullo que si hubiéramos puesto los avisos, al final nos hicieron un favor tremendo. No estoy para nada indignado, me divierte que realmente hayan sentido que necesitaban hacer eso porque ellos hacen propaganda de otras productoras”, explica. 

Aunque se queja del cansancio, Campanella ya tiene la cabeza puesta en múltiples proyectos: por un lado, un nuevo guión con Eduardo Sacheri, un trabajo en cine con Marcos Mundstock y Daniel Rabinovich, y el 12 de agosto estrena la obra “Parque Lezama”, donde debuta como director teatral. 

–¿Se banca la inactividad? 

–Me gustaría probarlo. Sueño con un año sabático. El año que viene voy a estudiar una maestría de ciencias políticas, pero si veo que no doy abasto, largo, porque eso es como estudiar cerámica, lo hago por gusto. Creo que mucho tiempo de inactividad no me bancaría, pero sí estaría bueno un año sólo de escribir sin fecha de entrega. 

–¿“Metegol” fue la película que más energía le consumió? 

–Sí, en todo sentido. Es probable que de haber sabido lo que iba a hacer, no me hubiera metido. 

–¿Lo repetiría? 
–Sí, pero no inmediatamente. Además, todo lo que aprendí a lo largo de esto haría que la próxima vez sea de mucho menos sufrimiento y seríamos más eficientes. Aquí estábamos recorriendo un camino que ni en la Argentina ni en Latinoamérica nunca se corrió. Entonces, ni nosotros estábamos preparados para este cimbronazo ni el país estaba preparado en términos de hardware. Tuvimos que ir armando un estudio que siempre nos pedía más y más, en términos de tecnología. Ahora sería mucho más fácil, pero igual quiero descansar un tiempito. 

–Con “Metegol” fue la primera vez que lo internaron durante el proceso de hacer una película, ¿qué pasó? 

–Me mandó al hospital. Fue un ataque de todo, una mezcla de lumbalgia y gastritis que traté de cuerpearlo en casa, pero el dolor era tan enorme que fui y me durmieron y me dejaron una noche adentro. 

–¿Siempre pone tanto el cuerpo en una película? 

–Vas a encontrar mucho que quienes trabajamos en cine, cuando terminamos la filmación, nos enfermamos. A mí me pasa siempre, el cuerpo pide un descanso después de siete u ocho semanas de filmación, y caigo una semana con gripe. Acá fueron tres años, así que no sé qué es lo que me va a pedir el cuerpo. “Metegol” no tiene nada que ver con una película, es incomparable desde todo punto de vista, son ocho semanas versus tres años. 

–¿Cómo es su relación con el fútbol? 

–Soy cero futbolero, no solamente no me interesa mucho el fútbol, sino que además no le encuentro mucho atractivo. Sí veo los mundiales porque el único atractivo que le encuentro es cuando es emocional. Sólo en los mundiales les creo a los jugadores que les interesa la camiseta. Cuando yo era chico, era de Boca por una cuestión familiar, pero nadie concebiría que Marzolini o Rattín pudiera jugar en River. Hoy en día un jugador de Boca puede pasar a River con toda tranquilidad. Eso hace que me interese menos todavía. Pero la pasión futbolera se sigue viviendo en las hinchadas, a veces demasiado. Con ese espíritu sí que me conecto o cuando uno ve jugar a un artista del fútbol, que es como ver a un bailarín o a un karateka o un gran artista. Pero estar semana a semana sufriendo si pierde mi equipo, eso no me pasa. 

–Cuando pasó lo de la pauta de Disney se expresó por Twitter y lo mismo con otros temas, ¿descubrió en esa red social un canal de comunicación con la gente? 

–Lo bueno de Twitter es que es el lugar donde me permito hablar de otras cosas que no sea de cine y no invado a nadie porque en cuanto hay alguien a quien le molesta lo que tengo que decir, lo bloqueo y así ni él lee lo que yo escribo ni yo lo que él pone. Entonces, se va convirtiendo en una charla entre amigos, más numerosa, en donde uno puede decir ciertas cosas, porque yo soy director hasta las 5 de la tarde pero argentino full time. 

-¿Qué cosas le interesan decir? 

-En Twitter no me puede desvirtuar nadie porque lo escribo yo, si alguien lo levanta, genera algún problema y se recibo un llamado puedo decir que se meta en mi línea y lea lo que escribí; y si te gusta bien y si no jorobate, o no lo leas. Me parece que tengo más control sobre lo que digo porque estamos en un momento en donde hay dos posiciones muy tomadas y ambas tratan de sumar gente a su favor; y yo no me considero parte de ninguna. De hecho estaría bueno un final como “Rocky 2” donde los dos se pegan un trompazo al mismo tiempo y se caen los dos juntos. Con Twitter puedo ser verdaderamente independiente. 

–De todas maneras, usted nunca dejó de dar su opinión sobre el país. 

–Sí, pero no soy ni del Gobierno ni de “Clarín”, para decirlo claramente. De hecho el único juicio que hice en mi vida fue al Grupo Clarín, así que es lo que menos pueden decir y no trabajo con ellos desde “Vientos de agua”. De hecho, ésa es una pelea que me importa tres pepinos, está tan bajo en el índice de prioridades que mi única opinión sobre eso es que es irrelevante. 

–Su dupla con Eduardo Sacheri está bastante instalada, pero “Papeles en el viento” lo va a hacer Juan Taratuto, ¿le ganó de mano? ¿Se quedó con las ganas? 

–Yo soy fanático de Eduardo antes de conocerlo. Leí “La pregunta de sus ojos”, pero cuando lo llamé para trabajar fue con otro proyecto, pero en la charla él me convenció para hacer “La pregunta…”. No es que yo haya sufrido por eso. Pero ahora nos toca trabajar en el proyecto por el que yo lo había llamado, así que vamos a trabajar en eso. Estamos muy en verde porque no tenemos una novela de la cual partir, intentamos juntarnos el año pasado pero “Metegol” es ultraabsorbente. Creo que Juan Taratuto va a hacer un trabajo bárbaro con “Papeles en el viento”, a mí la novela me encanta, pero ahora a Eduardo le toca trabajar en mi proyecto (risas). 

–¿El hacer una película para chicos tuvo influencia de las horas de dibujitos miradas con su hijo Federico? 

–Mucho, pero además, yo veo muchos dibujos animados porque me gustan a mí. Para mí la mejor película de los ’90 es “Toy Story 2”. Ahora con mi hijo tengo una gran excusa, pero de todas maneras lo hubiera hecho. Él ya vio algunas tomas sueltas en casa, le gustan los personajes, pero todavía no sabe de qué se trata. Es muy chiquito, tiene seis años, cuando empezamos tenía uno. 

–¿Federico se interesa en el mundo del cine y en su trabajo? 

–Es raro porque, pobre, a veces no entiende mucho. Si vamos a comer y se me acerca alguien, no entiende por qué se quieren sacar fotos con su papá. Pero le tira, porque quiere actuar en las cosas de la escuela, se ofrece y a otros chicos les da vergüenza, pero es chiquitito. 

–¿Le gustaría que siga sus pasos? 
–No, que sea lo que a él lo haga feliz. A mí lo que me gustaría es que fuera médico, porque yo creo que toda familia tendría que tener un médico y en la mía no hay ninguno, solo un tío que vive en San Nicolás y que ya se jubiló. Siempre le digo también a Lupe (N. de la R.: Guadalupe es la hija adolescente de su esposa Cecilia Monti) si quiere estudiar medicina, para que haya un médico que nos cuide de viejos (risas). Alguien que llamás a las 3 de la mañana y viene porque sos el hermano, no un cliente. 

–¿Se acuerda qué fue lo primero que escribió en su vida? 

–Hace unos pocos años, cuando falleció mi papá, tuve que vaciar su departamento porque era alquilado y encontré cuadernos míos de primero, segundo y tercer grado donde ya había cuentitos que decían cosas como “Era una noche tormentosa”. Yo escribí siempre, me regalaron una Letter A22 cuando tenía siete años y a esa edad aprendí a escribir a máquina. Desde entonces escribo pero nunca pensé que iba a vivir de eso. 

–¿Cuándo se dio cuenta de que dirigir era lo que quería? 

–Ya estaba estudiando cine, cuando vi la película “Qué bello es vivir” dije: “Esto es lo que yo quiero hacer”, fue en febrero del ’80. 


Llega el Metegol de Juan José Campanella

CULTURA /  CINE: ADELANTO / Se estrena la primera película de animación del director de El secreto de sus ojos y la emoción es uno de sus elementos primordiales. La cartelera platense la presenta en Cinema City y Cinema Paradiso, y en 3D en Cinema Ocho. Mirá el trailer.
Este jueves se estrena en todo el país Metegol, la nueva película de Juan José Campanella y su primer trabajo de animación, desarrollado desde el inicio para el formato digital 3D. 

Los protagonistas son los jugadores de un metegol, que son separados por un desguazador y deben volver a juntar el equipo, con voces de doblaje de David Masajnik, Horacio Fontova, Pablo Rago, Miguel Angel Rodríguez, Fabián Gianola, Osvaldo Príncipi y hasta del mismo Campanella. 

Esta película de animación 3D requirió una inversión de Argentina y España que supera los 20 millones de dólares sin incluir la publicidad. 

En Metegol, Amadeo es un chico tímido pero virtuoso que deberá enfrentarse al más temible rival sobre una cancha de fútbol: el Crack. En su duelo, el protagonista contará con la inestimable ayuda de unos jugadores de metegol liderados por el Wing, su carismático extremo derecho. 

Así, todos los jugadores se embarcarán en una gran aventura, con el fútbol como telón de fondo y con el amor, el respeto, la amistad y la pasión. 

La película promete emocionar. Y al respecto, Campanella reflexionó: "¿Qué es lo que más me emociona de la historia? Sin lugar a dudas la relación del padre con el hijo, desde el principio cuando comienza la historia y muy especialmente la escena final, cuando la intensidad emocional es mucho mayor. También los homenajes cinéfilos, como el que tiene que ver con 2001, odisea en el espacio y dos a Ingmar Bergman". 


La trama. Amadeo vive en un pueblo pequeño y anónimo. Trabaja en un bar, juega al metegol mejor que nadie y está enamorado de Laura, aunque ella no lo sabe. Su rutina sencilla se desmorona cuando Párpados, un joven del pueblo convertido en el mejor futbolista del mundo, vuelve dispuesto a vengarse de la única derrota que sufrió en su vida. Con el metegol, el bar y hasta su alma destruidas, Amadeo descubre algo mágico: los jugadores de su querido metegol hablan ¡y mucho!. Juntos se embarcarán en un viaje lleno de aventuras para salvar a Laura y al pueblo y en el camino convertirse en un verdadero equipo. 

El equipo. Metegol es un film inspirado en un cuento de Roberto Fontanarrosa, en versión del propio Campanella, el periodista y escritor Eduardo Sacheri y Axel Kuschevasky. 

Este equipo principal –el mismo de El secreto de sus ojos, el segundo filme argentino ganador del Oscar de Hollywood a la Mejor producción extranjera–, también está integrado por el director de fotografía Félix Monti y el compositor Emilio Kauderer.



Una mente brillante


El secreto de sus ojos 2009 


Basada en la novela “La pregunta de sus ojos”, de Eduardo Sacheri. Protagonizada por Ricardo Darín, Soledad Villamil y Pablo Rago, obtuvo un Oscar por “Mejor Película Extranjera”; 9 Premios Clarín, 5 en el Festival de la Habana, 13 Premios Sur y 2 Goya. Tuvo un presupuesto aproximado de 2 millones de dólares, y en la Argentina fue la película más taquillera en 24 años: la vieron 2,5 millones de personas. 


Luna de Avellaneda 2004 

Con guión de Juan José Campanella, Fernando Castets y Juan Pablo Domenech, cuenta la historia de un club de barrio y un grupo de personas que intentan evitar que se cierre. Protagonizada por Ricardo Darín, Eduardo Blanco, Mercedes Morán y Valeria Bertuccelli. La vieron 1.029.334 espectadores. 


El hijo de la novia 2001 
Ricardo Darín, Héctor Alterio y Norma Aleandro, son los actores principales de la historia de una familia que se ve afectada por el Alzheimer de la madre. En esta película, al estilo Hitchcock, Campanella tiene una breve actuación como médico. Fue candidata al Oscar pero no lo obtuvo. Fue vista por 1.385.691 espectadores. 


El mismo amor la misma lluvia 1999 

Es la historia de una pareja, sus rupturas y reencuentros a lo largo de dos décadas, protagonizada por Ricardo Darín y Soledad Villamil. Obtuvo 8 premios de la Asociación de Cronistas Cinematográficos de Argentina y fue vista por 120.741 personas. 


Ni el tiro final (“Y llegó el amor”) 1997 

Basada en la novela de José Pablo Feinmann, cuenta la historia de un alcohólico que se gana la vida como escritor y también como pianista en un cabaret de Long Island. Su esposa, Vicky Rivas, lo acompaña cantando en el escenario. Pero la vida los pone a prueba cuando deciden entrar en un juego sucio para convertirse en millonarios. Protagonizada por Denis Leary, Terence Stamp y Aitana Sánchez-Gijón. 


El niño gritó puta (“The Boy Who Cried Bitch”) 1991 

En este filme no participó del guión, sólo fue director. Cuenta la historia de un niño sicótico de 12 años. Es una película independiente estadounidense protagonizada por Harley Cross, Karen Young, Jason Biggs, donde actúa Adrien Brody. Fue exhibido por primera vez en el Boston Film Festival y contenía dos finales alternativos.